jueves, 30 de abril de 2009

Del topito Birolo y todo lo que pudo haberle caído en la cabeza

El gato lector de Carola reposa luego de la lectura de "El Topito Birolo"

Alejandra de las cerezas

Aquí agregamos el comentario de Alejandra de las cerezas, una amiga bibliotecaria muy querida de Santa Clara del Mar, que ahora se encuentra trabajando en Mar de Cobo: " Les cuento que ya empecé a trabajar con los chicos (no estàn acostumbrados a ir a la biblioteca) y querìa compartir con ustedes el resultado del primer encuentro. Por supuesto que les leì "El topito Birolo y de todo lo que pudo haberle caído en la cabeza", empecè con un rompecabezas de una de las imàgenes del libro que gentilmente armaron dos maestras que estàn con cambio de funciones (quedaron geniales), y luego del armado, de la anticipación al contenido, y ante la pregunta (al estilo del fin del este) ¿qué le pudo haber caído en la cabeza al Topito? los chicos respondieron: una lombriz, pasta, sombrero, jugo del higo, lo del cucurucho del helado, una víbora, una serpiente, una pitón, caca, toscas, tierra, agua, un gusano, rocas, musgo, pasto, una iguana, dulce de leche... "

martes, 14 de abril de 2009

Semana Santa

Estuvimos trabajando en el Viejo Hotel Ostende durante Semana Santa. "Nuevamente se mezclaron la magia de los cuentos y la del Viejo Hotel" según declaraciones del conejo Pascual. ******* Estamos leyendo "La construcción del camino lector" de Laura Devetach y lo recomendamos. Reproducimos una parte del texto: "´Entrar en poesía´ -como define Georges Jean- a este mecanismo, entrar por la capacidad de aceptar la existencia de un ritmo interno, de la propia respiración, de los mensajes misteriosos de los sentidos, no formulados con palabras y no sólo por el conocimiento de técnicas o de conceptos. Entrar en los ritmos y mensajes misteriosos que se encontrarán en algún momento con el ritmo del poeta al que leemos o escuchamos. Entrar en poesía tal como alguien se tira al agua o toma sol. Y permanecer allí, en una inmersión en el lenguaje -agua, lenguaje- sol, lenguaje-juego, lenguaje-mirada, sonido, textura, donde nada quede reducido únicamente a la comunicación racional. Así se consolida la creatividad personal y se construye el imaginario. Por eso hay que defender el estado poético, el estar en poesía, el estado de lectura y de escritura, tanto o más que cualquier otro estado en los que se desarrollen disponibilidades valorizadas como "útiles" para la llamada vida práctica"